Los
acontecimientos resumidos pierden la gracia del momento. Desde hace dos semanas
han pasado muchos instantes buenos, algunos en un mismo día.
Como bien
enseñada que estoy, quería agradecer a las personas que lo han hecho posible. Y
que sólo por el hecho de tener un vínculo de sangre ya confían en mí. Lo
primero gracias hermana, siempre has hecho posible que aquello que necesitaba
en ese momento se cumpliera o al menos fuera más real poder cumplirlo. De hecho
en la situación en la que hoy me encuentro ha sido gracias a ella. Si mamá Noel
existiera se llamaría, María.
A mi hermano
Héctor también quería agradecerle sus
buenos intentos porque al final, nunca sabemos dónde podemos acabar y me ha
ayudado a abrir más puertas. Por supuesto al apoyo incondicional de mi madre,
mi hermano Antonio, mi hermano Israel que cree más en mí que yo misma, eso te
demuestra lo que ven en ti la gente que te quiere y te conoce. A J que siempre
le saca el lado divertido a las cosas que me preocupan y sabe escuchar, no se anticipa
a darme un consejo si no que permite que me desahogue. Mi padre que aunque
físicamente no está aquí, está por teléfono y siempre tiene palabras positivas
o bromas que añadir. También, muchas gracias a las compañeras de mi hermana,
sobre todo, Lola por confiar y haberte alegrado tanto.
A todos ellos,
os quiero y no, porque es lo que toca si
no porque es mi decisión.
El mismo día
que gané un puesto de trabajo como quién que recibe un boleto premiado, pude
leer unas palabras de la gran Floricienta, con su generosidad desinteresada
compartió mis escritos entre todos sus seguidores. Desde aquí millones de
gracias, no me lo esperaba, me alegraron mucho tus palabras y que quisieras
compartir algo que te gustó de las flores. Me mantendré fiel a tus líneas porque
cada día me gustan más: directas, incisivas y emocionantes; bella en mensaje y
en sentimiento.
En lo laboral
estoy contenta porque creo que se me ha brindado una muy buena oportunidad, no
es de momento el trabajo que yo elegiría para motivarme por preferencias o
gustos, pero sí me va a permitir otras muchas cosas y sobre todo, ya no sólo se
trata de mí. También me va a ayudar a abrir más puertas y el proceso de trabajo
es muy interesante, aunque de primeras no esté en mis agrados personales, me
queda todo por aprender, eso es lo mejor de los comienzos. Como ayer leí: “Yo no compito con nadie. Yo corro en mi
propia carrera. No tengo ningún deseo de jugar a ser mejor que nadie, de
ninguna manera, forma o estilo. Solamente aspiro a mejorar, a ser mejor de lo
que era antes. Así soy yo. Y soy libre”. Añado, quiero aprender de todas
las maneras y estilos posibles, adaptarme a todas las situaciones, momentos y
personas con las que tenga que lidiar y dar lo mejor que esté en mi mano. Los
comienzos son duros y sé que los finales son tristes; por eso me quedaré con
todo lo aprendido y no busco amistades, pero si en ese camino me llevo alguna,
bienvenida sea. Y si no puede ser, quizás no era el momento, ni el lugar. Ojalá
dure todo lo que tenga que durar y sea mucho y que en ese proceso se disfrute
del viaje.
Siempre se
dejan carreteras para adentrarte en otras de una sola dirección o en este caso
podría ser de ambas direcciones. Así son las decisiones, en general este 2014
ha sido ejemplar a la hora de aprender nuevas cosas, académicas y sociales.
Desde Enero tomé la decisión que ya no se abandonaba, he tenido días malos como
muy buenos; las interpretaciones nos juegan malas pasadas y las personas,
también. No es hasta que pasa el tiempo cuando te das cuenta de todo el camino
recorrido y la de personas o momentos que te llevas.
Basándome en
el ocio, quizás una manera de descarga sería coger un palo y realizar notas
musicales en un tubo como los protagonistas de “The King of Summer”, huir y construir con tus manos una casa de
madera en el bosque, sentarte mirando el paisaje, ver como fluye el agua y
reflexionar sobre lo que se siente siendo adulto que no es más que sobrevivir
con tus propias circunstancias y habilidades, sin depender de un sustento que
en este caso son los padres de los protagonistas.
Varias maneras
de ver el amor, una dando todo de sí o sólo una parte. Dando la espalda a los
oyentes o conectando con éstos. “El amor
tiene dos caras”
Un objetivo:
salvar la humanidad o a tus hijos, internarse en lo desconocido y estar lo más
cerca de lo que parece. “Interestellar”
La magia de
los poderes o de los sentimientos, la capacidad de sorprender y desbarajustar
nuestras creencias y dar cabida al amor en, “Magia a la luz de la luna”, lo nuevo de mi gran director Woody
Allen.
Conocer a ese
gran canalla, aquél que brindó al mundo sus canciones de paz, una posibilidad
de un mundo mejor, que relató los acontecimientos con ese grupo tan querido y
tan seguido, que fue injustamente asesinado; no hablo de otro que del gran John Lennon, nació un 9 de Octubre como
Mateo, número de la suerte de mi hermana y número por el que quizás nuestra
vida mejore, no es casualidad, lo sé. De la mano de un gran escritor, David Foenkinos.
Adentrarnos en
la mente de un inteligente asesino en serie y en la piel de una valiente
policía, una buena novela negra que no te deja indiferente desde el principio
hasta el fin. “El hombre de arena” de
Lars Kepler.
Aunque estoy
mala, no me apetece nada empezar con la rutina mañana y no he empezado con buen
pie hoy, si me he permitido reflexionar sobre aquello que me han dicho hoy, soy una
persona que necesita que estén detrás de ella. Quizás matizaría, no necesito
que estén detrás de mí; si me gusta que estén pendientes y que se preocupen por
mí, unas personas más que otras. La pregunta es, ¿es así? Porque a veces tengo
la sensación de que existen muchas incompatibilidades, que esa persona hace más
cosas que le gustan y yo no hago nada de lo que me gusta a mí. Hay una cosa que
me llama la atención, cuando se nos ocurre decir, qué pena después de tanto
tiempo, se han dejado. Las personas no nos conocemos por ciencia infusa, se
necesitan muchos minutos en nuestras vidas, momentos, instantes, pensamientos,
discusiones, manías, sueños y hasta que no se saca todo eso, no nos conocemos.
Existen los surcos, las malas direcciones, las calles cortadas y sin ninguna
dirección, pero al final esas personas son las que una lleva el volante y la
otra, le dirige, siempre turnándose para no cansarse. Si no hay empuje,
gasolina, la energía se agota, el motor se paraliza. Como esa famosa frase, “el
corazón tiene razones que la razón no entiende”. Después de estas líneas, creo
que la culpa es mía, como bien dice mi gran Floricienta, me jodo, porque si no
hacemos las cosas que nos gustan más a menudo y aguantamos carros y carretas,
es nuestra baza cambiarlo. Gracias Diciembre, por la llamada de atención.
“En diciembre no hay valiente que no tiemble”
¡¡Muchas Felicidades, Sonia!!!
¡¡Muchas Felicidades, Sonia!!!
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