domingo, 30 de junio de 2013

Before Sunset





Tras nueve años, reaparece de nuevo en una librería de París en la que expone una noche, a través de su primer libro. Se somete a una rueda de preguntas y presenta los lugares, gracias  a Thomas Wolfe “El ángel que nos mira”, somos la suma de todos los momentos de nuestras vidas”. Su narración, habla de lo que es conocer en profundidad a alguien y añadiría que a él mismo. Les cuenta la posibilidad de un segundo libro en el que el hilo argumental se tejerá en torno a una canción pop, “la felicidad subyace en la búsqueda, no en los logros”. Ese segundo libro, diría muchas cosas de nuestro protagonista, no es feliz a pesar de tenerlo todo.

En una aparición inesperada, ella se presenta, escuchándole. “Dentro de cada momento, hay otro momento”. Ella va en su busca, tras leer su libro, del que es su musa. Mientras se dirigen a por un café, llega la gran pregunta, “¿Fuiste a Viena?”, ella no pudo debido al fallecimiento de su abuela, él le miente, para terminar confesándole que fue, empapeló la estación con su número de teléfono, por si llegara con retraso y su vida perdió sentido.

Esa novela que narra la primera parte de la trilogía, esa noche, en la que se conocieron tras abandonar su tren en Viena, escribía un final distinto donde se conocían y se daban cuenta de que no se entendían. Dado que creer en el amor es lo que más vende. Ella cree que idealizaba la noche. Observa halagador y perturbador, formar parte de la memoria del otro. Verse a través de otro espejo, el del otro.

Se cuenta cómo han transcurrido sus vidas desde esa quedada pasados seis meses, hace nueve años.  Ella trabaja en la Organización Sin Ánimo de Lucro, “Cruz Verde”. Al servicio de las realidades socioculturales que atraviesa Colombia, debido al conflicto armado interno. Sus reglas son: la no discriminación para ayudar, ya sea por sexo, raza, etnia, religión. Igualdad de derechos y obligaciones. Red de apoyo. “Cruz Verde Ambiental”, protege el medio ambiente, generando un cambio de conciencia. La protagonista hace estudio de las aguas y viaja a la India. Finaliza sus estudios en Ciencias Políticas, muy interesante carrera, apasionante y bastante práctica si se utiliza bien. Él, admira como es capaz de llevar su pasión a la práctica y es el punto álgido de que algo está cambiando a mejor. Ella no ve que sea a mejor, cuando existen industrias que utilizan la mano de obra barata y se siga enriqueciendo la industria del armamento.

Han vivido en el mismo país sin llegar a encontrarse.  Ella se marcha de Nueva York por la violencia en los medios y porque un agente de policía le invita a que consiga un arma, para poder defenderse, trata de quejarse pero ante el papeleo, decide marcharse. Echa de menos el buen talante de las personas americanas y les compara con los parisinos, a los que califica como gruñones. Cómo en Europa del Este, cuando aún estaba dominada por el régimen comunista, en Varsovia, cambió su manera de pensar, despejó su cerebro. Paseaba por el cementerio judío, alejada de todos sus hábitos. Reflexionan, sobre la inmediatez de la vida, para apreciar las cosas.

Cómo hay personas que disfrutan de las pequeñas cosas, sin que tengan interés en que su nombre aparezca en la prensa. El deseo, “fuerte inclinación de la voluntad hacia el conocimiento, consecución y disfrute de algo”, es el motor de la vida. Reflejo de la vida, en término medio, tratar de alcanzar algo, sin enfadarse, si no se consigue. Él  ha vivido en un Monasterio Trapense Católico Cisterciense; siguen la regla de San Benito, evitan la relajación, es una vida austera. Viven en armonía con todo. Se dedican estrictamente a la contemplación, a la observancia.

Las tres películas tienen en común esos paseos, mientras mantienen vivos diálogos. Hablan de esa noche en la que ella muestra recuerdos olvidados, cuando en realidad es mentira. “Recuerdos maravillosos, si no tienes que afrontar el pasado”. Cómo se sigue enfrentando igual a la vida, la esencia de las personas no cambia. “Si has perdido la fe en la magia o en el misterio, es como si estuvieses muerto” A. Einstein. La dificultad de comunicar con las personas, se da en contadas ocasiones, algo que comparto. Sobre todo, la conexión, conectar completamente con alguien se da en algunos casos y no siempre, no es algo común. Quizás por eso, cueste tanto olvidarlo o dejarlo marchar cuando se consigue.

Expone el caso de una amiga que ha tenido problemas en el dormitorio y no ha decidido decirle a su pareja lo que le gustaba, hasta pasado un año, cuando eso sucede, él se siente ofendido, ella dice que los hombres se sienten amenazados con ese tema, él, que dejó pasar demasiado tiempo. Confianza. 

Nuestro protagonista está casado y tiene un hijo, pero él no está enamorado de su mujer, sino de ella. Ella vive una relación con un reportero gráfico que se deja llevar por la fotografía, olvidándose de la persona. Su relación es a distancia, tal vez, porque no puede soportar el día a día.

Paseo en barco por el Sena, Notre Dame, hasta 1163, existió una Iglesia románica en ese lugar. Apreciando su majestuosidad le narra, cómo en la ocupación alemana no pudieron destruirla. 

Él cree, que escribió ese libro para volverse a encontrar, para no olvidar los detalles, porque fue real. La mayoría de las personas olvidan los detalles cuando finaliza una relación. Ella nunca olvida a nadie, porque nadie es reemplazable, le cuesta recuperarse y asimilarlo. Le gustan los detalles, son reflejos de cada uno de nosotros. A mí esto me parece precioso y lo comparto, pues aquello de que, un clavo saca a otro clavo, no es cierto, es sólo el tiempo el que lo calma y nosotros. Entonces sí, se puede conocer a otra persona, pero esa persona no va a reemplazar a la otra y lo bonito es eso. Si todos fuésemos iguales, daría igual, no reconoceríamos a la persona con la que queremos estar, sino que podríamos elegir a cualquiera.
Si algo que destaca en esta trilogía es el binomio chico/chica y en su conjunto la pareja, sobre todo, en las dos últimas películas, podrían darse situaciones trilladas o que son reconocibles en muchas relaciones, pero tratadas con un trasfondo y una verbosidad impecable, impresionante, analítica, filosófica y reflexiva.

En la parte final, acabado el paseo, ella analiza la relación que tiene él con su mujer, argumentando que los hombres necesitan ser imprescindibles, ella quiere a alguien que la quiera y a la inversa, pero no dejar de ser independiente. Esto, es fundamental, la sumisión de cualquier parte, no garantiza la unión de por vida, sino todo lo contrario o algo mucho peor, la manipulación grave. Se reflejará el carácter aún más limpio de ella, en la tercera parte, al igual que el de él. Por ello, expresa que cuando más feliz se siente es estando sola, aunque de joven era muy romántica, cada vez le resulta más difícil mostrarlo, tal vez haya dos razones, una es el miedo a que nos hagan daño o que esa persona, no es. Todos sus ex están casados y le dan las gracias por mostrarles lo que es el amor y respetar a la mujer. Cuando decide embarcarse en otra relación, sabe que no funcionará, una manera de autoprotegerse y condicionarse, cuando el verdadero motivo es, ese chico que conoció una vez en Viena.

Finaliza con un vals, dedicado a él y su imitación de Nina Simone. “Pequeño, creo que vas a perder ese avión”. “Lo sé”, fundido.

Lo que más aprecio de esta segunda entrega , es que los dos, están destinados a encontrarse y a quedarse el uno con el otro, da igual que la vida la tuvieran más o menos hecha, siempre llega algo que la remueve, que la agita y que no puedes dejar que se escape, sobre todo, una persona con la que conectas, te sientes cómoda e irresistiblemente atraída. Continúan conociéndose, partiendo de dónde lo dejaron, aunque hayan pasado nueve años, apenas se aprecia. Lo que esa noche causó en sus días y cómo lo convirtieron en música o letras. La primera parte, muestra al finalizar, los lugares en los que estuvieron. Esta segunda parte, en los que van a estar. El paso del tiempo, del pensamiento, de la edad, se reflejará claramente en la tercera, sus caracteres muy definidos. La segunda es una transición de la primera a la última, ambas equivalentes en muy distinto grado, la plena juventud y la plena madurez, en diálogos, para mí la última gana en algunas ocasiones. Si tuviese que ponerle una pega, sería que me ha costado creerme el final, aunque es posible. Lo que más valoro en ese final, es la capacidad de reinventarse para continuar tu camino al lado de una persona.








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