Hoy quería
agradecerle a Floricienta este post, escribí hace muy poco a su autora para
agradecerle todas sus líneas, las más preciadas para mí son las que componen “La mala costumbre” y “Te exquiero”. Todo lo que dice está cargado de sentimientos
y de verdades, muchas veces tiene que llegar alguien y decirlo, eso que tal vez,
todos pensemos pero por alguna causa, no nos atrevamos o no sepamos cómo decir.
Os invito a
que la conozcáis por vosotros mismos, porque es un verdadero encanto y una
delicia poder leer su espacio.
Aquí tenéis la
entrada por la que he querido dar mi opinión sobre ese gran tema que muchas
veces ocasiona discusiones, como son los ex y como bien dice ella, han marcado
nuestras circunstancias y nuestro crecimiento. Porque no dejan de ser
experiencias y a través de ellas, hemos sabido conocernos mejor y decidir lo
que queríamos, trabajar nuestra conducta, porque siempre es cosa de dos. Aunque
normalmente se nos dé bien buscar culpables.
A mí la
palabra “ex” me parece que está cargada de una connotación muy negativa,
prefiero llamar a las personas por su nombre o si quieres dejarles en el
anonimato y colocarles alguna etiqueta, ¿por qué no? viejos amores, pequeños
tesoros, conocidos transeúntes de almas o de corazones; suena mucho mejor. Y es
que al cambiarles el nombre, cambia el recuerdo de esas personas, deja de ser,
rencor, odio, para pasar a un bonito recuerdo o una vieja fotografía a la que
alguna vez has tenido que acudir para resolver esos conflictos con tu pareja
actual. Al final, son tu propia persona tiempo atrás, se trata de evolucionar,
pero a veces necesitamos que nos recuerden cómo éramos, porque la esencia es la
misma.
Quizás no soy
la persona más indicada para mostrar rencor, teniendo en cuenta que entradas
pasadas he hablado por casualidad, porque tocaba, de algunas de esas personas,
pero siempre desde el respeto y desde un recuerdo tal vez o no, idealizado.
También es correcto decir que lo bonito es mostrar nostalgia o recordar todo lo
bueno y esos momentos tan maravillosos compartidos, pero prefiero pensar que
las cosas hay que recordarlas tal y como eran. Con lo bueno y con lo malo.
Prefiero pensar que si hoy no estoy con esas personas es porque otra, tenía que
llegar. Lo mismo a la inversa, está claro que yo no era la mujer de sus vidas.
Eso es lo
bonito, en la vida elegimos a los amigos y por supuesto, a los amores. Claro
que da pena cuando pasas al lado de uno de ellos y ni siquiera te saludas,
sobre todo en los casos en los que ha sido una historia intensa, larga y
compleja. Pero hay muchos factores y aquí entra la amistad y su traición, la
manera en la que respondemos ante determinadas situaciones y circunstancias, el
miedo que tenemos a disculparnos o si queremos, a dar alguna explicación.
Aunque no soy la persona que las pide, las cosas se hacen de manera
voluntariosa o no se hacen. Y darles vueltas a personas que ya no están en tu
vida no tiene ningún sentido. Les daremos las gracias, aceptaremos que no
permanecieron por alguna razón. Prefiero pensar que para que alguien entre en
tu corazón, primero tiene que salir. Igual es inmadurez, quiero pensar que no
es odio ni rencor.
Quiero decir
que las personas con las que yo he compartido algo, sea lo que sea, no me
parecen feas y sería una falsa si lo pensara, les elegí en su momento por algo.
Si después no funcionó o no mantuvimos el contacto, puede ser por ley de vida,
incompatibilidades, porque en realidad no nos gustábamos tanto. Muchas veces
son por cosas no aclaradas, otras por dolor, otras por distancia, dejadez o por
nada. ¿Suena triste? sí, pero también
expongo el caso de compañeras/os de trabajo, facultad, cursos… Cuantos de
nosotros no ha conocido a lo largo de su vida gente con la que en un momento
dado no es la misma relación. Y no quiere decir que te lleves mal o que haya
malas vibraciones, simplemente que la vida va cambiando y aunque tenemos una
esencia, no pensamos igual.
Existen personas que dicen algunas frases que
Floricienta ha compartido. Refiriéndome a ellas creo que son horribles; esas
personas siguen sintiendo algo muy feo, claramente. También, no es lo mismo
dejar a que te dejen. Probablemente, pasado el tiempo ambas personas estén en
el mismo punto. De la noche a la mañana, si aquí paz y después gloria, entonces
no ha habido tanto amor. Ha habido otra cosa. Eso sí lo pienso. Las creencias
pueden estar equivocadas.
Respecto a los
recuerdos que se guardan o no, qué más da, todos sabemos lo que guardamos en
nuestro interior, al final eso es el más importante. Probablemente no fuimos
buenas parejas y por eso, hoy no seguimos en contacto. En eso estoy de acuerdo
con Floricienta o que simplemente ha habido otras circunstancias, no ha habido
amistad. Normalmente, al menos en mi caso, cuando ha habido amor o algo
parecido se ha partido de una amistad, si esa no se ha valorado lo demás va de
la mano. Nadie es libre de pecado ni de equivocaciones y en cuanto el
sentimiento entra a formar parte de dos personas, su intensidad a veces, no es
fácil de manejar.
En relación al abrazo sincero y a desearnos
suerte, por supuesto, desde aquí espero que todos los que lo lean les manden un
buen abrazo de corazón a esas personas que han formado parte de su alma para que por fin estén viviendo sus vidas con las personas que realmente
quieren. Un gran abrazo a todos ellos.
Conozco casos
de parejas que son de un mismo grupo, se separaron y hoy llevan negocios
juntos. Es muy bonito. Al final, el roce hace que de la desdicha pases al
cariño. El corazón es muy sabio y llevar
tanto rencor en él no es bueno. Ahora que también creo firmemente que tenemos
derecho a decidir quién queremos que siga en nuestras vidas y las personas que
no puedan conciliar estar con una pareja y tener de amigo a otro amor pasado,
pues dejémosle en paz, están en su derecho y es su decisión. A los individuos
tampoco hay que imponerlos por obligación y no es cosa de la sociedad es cosa
de cada uno. Dejemos un duelo y agradezcamos el tiempo que nos brindaron.
Muchas
gracias, Floricienta. La gratitud es algo fundamental para la vida; mi manera
de demostrar que verdaderamente conocí una parte de esas personas es con sus
gustos musicales, ahí va un pequeño homenaje. Dadle las gracias a Floricienta
porque de vez en cuando tienen que recordarnos que para pasar a la siguiente
etapa hay que dejar una luz y allanado el camino para poder continuarlo.
Por supuesto, hoy me quedo con Melendi. ;)
Desde aquí
quería agradecer a José y mis amigos (Belén, Carmen, César, José, Juli y
Paloma) la gran sorpresa que me brindaron el fin de semana anterior. Las risas,
la comida, la excursión. Algunos de ellos les conozco desde siempre y han
pasado cosas buenas y malas conmigo, aunque ha habido espacios siempre han
estado ahí, gracias. Si me emocionan vuestras palabras leídas a destiempo,
viajes a lugares mágicos, cenas multitudinarias, imaginaos las sorpresas
inesperadas, pero sobre todo, vuestra compañía. Os quiero mucho.
También quiero
darle las gracias a Marta por esta oportunidad y por millones de cosas más; eres
de las personas más generosas que conozco, creo que por eso mi hermana y tú os encontrasteis
por el camino. A ti te querré toda la vida.
El amigo
No envidiéis mi alegría,
mi salud ni mi canto;
no envidiéis lo que sueño, ni envidiéis lo quedigo.
pues todo eso no vale ni una gota de llanto.
Pero envidiadme todos la amistad de este amigo...
Ah, sí, envidiad la gloria de esta firme confianza,
cuyo sentir profundo ni en mal ni en bien se altera,
porque yo siento mío lo que tu mano alcanza
y en él es permanente mi dicha pasajera.
Envidiadme este amigo que no envidia mi goce,
compartiendo igualmente mi entusiasmo y hastío.
Nada puede importarle si nadie lo conoce,
porque mi canto es suyo si su silencio es mío.
Envidiadme este amigo que me mira de frente,
que es alegre en mi triunfo y es triste en mi fracaso,
porque en él es espiga lo que en mí fue simiente,
y yo duermo en su lecho pero él bebe en mi vaso.
No importa si estoy solo, pues siempre está conmigo,
y mis propias arrugas lo van haciendo viejo.
Ah, sí, envidiadme todos la amistad de este amigo
que refleja mi espejo.
no envidiéis lo que sueño, ni envidiéis lo quedigo.
pues todo eso no vale ni una gota de llanto.
Pero envidiadme todos la amistad de este amigo...
Ah, sí, envidiad la gloria de esta firme confianza,
cuyo sentir profundo ni en mal ni en bien se altera,
porque yo siento mío lo que tu mano alcanza
y en él es permanente mi dicha pasajera.
Envidiadme este amigo que no envidia mi goce,
compartiendo igualmente mi entusiasmo y hastío.
Nada puede importarle si nadie lo conoce,
porque mi canto es suyo si su silencio es mío.
Envidiadme este amigo que me mira de frente,
que es alegre en mi triunfo y es triste en mi fracaso,
porque en él es espiga lo que en mí fue simiente,
y yo duermo en su lecho pero él bebe en mi vaso.
No importa si estoy solo, pues siempre está conmigo,
y mis propias arrugas lo van haciendo viejo.
Ah, sí, envidiadme todos la amistad de este amigo
que refleja mi espejo.
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