domingo, 5 de mayo de 2013

Sueños rotos y esperanza



El microteatro, surgió para concebir una nueva percepción de las artes escénicas en vivo, son minisalas con obras que duran aproximadamente quince minutos, el público ve en dimensión real y en mitad de la escena la representación, creando una atmósfera de cercanía y complicidad, a un precio muy asequible. El viernes era la primera vez que acudía con una amiga, fuimos a ver “El saxofonista”, una tragedia y como todas las primeras veces, nos causó impresión, desconocía en qué consistía el microteatro y cuando entramos, había un joven tirado en el suelo, los taburetes muy próximos a él, me quedé paralizada hasta que me invitaron a sentarme. A continuación, una vez ocupada la sala, entró el otro protagonista, no podíamos dejar de observar la escena, en plena oscuridad las miradas atendían al joven desvalido y a su compañero. No esperábamos que fuera una tragedia, pero estuvo muy bien representada, con sorpresa al final, claramente reflejada en la cara del joven. Por cierto, tenía una voz preciosa, grave, varonil, profunda, de las que hacen eco, de las que se meten en el oído de manera amable, de las de radio o teatro. Lo estupendo hubiese sido meternos en otra sala a ver una comedia, porque nos supo a poco, como un aperitivo antes de cenar, pero sólo por la novedad y esa gran interpretación, mereció la pena, repetiremos muchas veces. Y además ha sido una manera de reinventarse, frente a la crisis, las artes siempre agudizan su ingenio y lo hacen de una manera grande en dosis pequeñas. 

Terminamos la noche en la tienda de National Geographic, cenando, tomándonos unos daiquiris de fresa y mango, también la recomiendo, ponen buena música ambiente para charlar relajadamente y no suele ser un sitio muy concurrido, cosa que a veces se agradece bastante. Aunque lo que comimos me encantó, no le hace competencia a la vichisoise de mi hermana, muy rica.



La penúltima recomendación, “Jesús me quiere” de David Safier, os aseguro un rato divertido o varios, depende de vuestras ganas y rapidez en el hábito de la lectura. Una historia surrealista y ha tenido varias críticas negativas, porque este humor como el de los Monty Python o el de Woody Allen, no gusta a todo el mundo. También es cierto que como toca un tema religioso como el juicio final, la vida de Jesús, me imagino que puede herir la sensibilidad de muchas personas, aunque sea descarado, sigue siendo divertido y no deja de ser una broma que finalmente tiene algo bonito que decir. Su libro de “Maldito Karma” que tiene mayores seguidores, también creo que es un absurdo, porque no conozco demasiadas personas que se hayan reencarnado en un insecto, animal, etc. Como ya son dos de sus libros que me gustan y que lo único que busco es que me saquen sonrisas, seguiré leyéndolos. Una de las cosas que más gracia me hizo fue la comparación con un miembro de los Bee Gees, nunca me lo habría imaginado. Las cosas no hay que tomárselas tan en serio, siempre se debe tener respeto, pero no exagerarlas y quizás si fuesen más divertidas, más sencillas, les prestaríamos más atención. Las transformaciones del diablo también tienen su punto. Tomarse una pizza con el carpintero en el mundo de hoy día, es muy original, creativo. “No te inquietes por el mañana, porque el día de mañana ya tendrá sus propias inquietudes”

Última recomendación, “In the mood for love o Deseando amar”, película hongkonesa del año 2000, los dos protagonistas representan en realidad a cuatro, además de su historia, hacen las de sus respectivas parejas. De una forma muy sutil se puede observar cómo crece la intimidad por las miradas, las manos. Cuando se va a contar algo nuevo la escena se cierra en oscuridad, como si se apagara. Secuencias seguidas que parecen la misma, son varios días que se aprecian a través del vestuario distinto en la protagonista, mismo vestido, diferente color. Ambos son elegantes en sus formas, en el vestir, en sus sentimientos. Se repiten escenas o diálogos en forma de ensayo, sobre todo cuando tratan la vida de sus parejas, ausentes, pues siempre están de viaje. La banda sonora, todavía me ha gustado más, siempre sonaba la misma canción en fotogramas en los que de forma paralela estaban decididos a encontrarse. Otra canción en momentos de duda, rechazo, ganas, sentimientos reprimidos, miedo.

Os dejo con ambas canciones. Y una de sus frases,
 Dime que no ha pasado mucho tiempo, que no somos los mismos pero que el dolor ha cesado. Cuál es la pregunta ahora... ¿Somos felices? ¿O seguimos con la ilusión perdida porque no hemos querido traerla hasta aquí?”



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