domingo, 19 de mayo de 2013

Reencuentros, recreo y reflexión



Antes de nada quería resaltar que un amigo me pasó información sobre lo último que había acordado el Tribunal Supremo sobre la cláusula suelo, por falta de transparencia se acuerda la anulación de dicha cláusula, es decir, que la entidad debe facilitar información sobre la misma. Eso sí, aunque el cliente no la entienda, el caso es facilitarla.  Sólo la anularán si consideran que el cliente no tenía la suficiente información, no por ser una cláusula abusiva. El cliente podría acudir a los Tribunales, no en el momento de firmar su hipoteca, sino en el momento que comenzó a cobrarle el sobreprecio, sobre el tipo de interés más diferencial pactado. A mí esto me hace chirriar, debería ser en el momento que firmas, poder denunciar. La devolución de las cantidades no se reembolsaría hasta la declaración de nulidad. De este modo, el consumidor sigue sin poder negociar, va a pedir una hipoteca, dejándose atar por la entidad, puesto que si se lee un contrato y la información no se entiende, ¿qué quedaría por hacer para demostrar que no han sido bien informados, grabarles? Eso no se puede hacer, ¿qué solución queda?  Se traduce en que si un cliente es debidamente informado, no firmaría esa hipoteca, ¿no sería más fácil quitarlas definitivamente? ¿Si no las consideran abusivas, significará que las seguirán ofreciendo junto a sus préstamos hipotecarios? Los afectados tienen la puerta abierta a interponer una demanda judicial para su anulación, para que deje de aplicarse durante el resto de vida que quede de su hipoteca. Habrá que seguir viendo en que queda.

Más cerca de volar lejos, aunque aún no se va a hacer efectivo, debido a que no son unas buenas tareas, no dejaré que mi empeño se desvanezca.

La sorpresa del fin de semana ha sido volver a ver a viejos amigos de la facultad que hacía dos años que no veía, aprovechando que una de ellas emprendía una aventura en Marruecos, le deseo toda la suerte y que sea feliz allí donde esté ahora. No me esperaba la invitación, siendo honesta, ni siquiera sé si yo lo hubiese hecho, cosa que agradezco, me alegró ver a cada uno de ellos, me trajo buenos y malos recuerdos, no por ellos, sí por un tiempo, aunque como todas las cosas, todo transcurre y todo tiene una razón. A través de las historias que nos cuentan y de las que nos hacemos partícipes, nos puede llevar a ayudar a otras y también a recordar a personas que estaban ahí y dejaron de estar. En concreto dos.

Me considero una persona con buena memoria para lo bueno y para lo malo, siempre tiendo a una balanza. Las personas no dejan de existir y muchas veces no pasa nada, simplemente te evades, dejas que sucedan las cosas y tomas distancia. A mí me ha venido fenomenal y no me arrepiento, si les volviese a ver, les recibiría con una sonrisa, pues me han hecho pasar cosas divertidas y las que no lo han sido, se han dicho solas.

En concreto una de esas personas, fue una historia muy bonita, no fue el momento indicado, se aplazó sin querer hacerlo y nunca llegó a resolverse, pero me quedo con lo que me he llevado (una estrella y un corazón, muchas cosas más, pero las dejo para otra ocasión).

Repetimos Microteatro, con dos obras: “Azotes” y “Sopa”, ambas divertidas. La primera nos dice que un latigazo duele menos que una verdad dicha sin tapujos. La segunda, metáfora sobre las relaciones, la vida y el amor. 








Cenita, como se suele decir nos pusimos “gochas”. Si no probamos cinco platos, no probamos ninguno, copichuelas y presentaciones, fue muy divertido. Bus nocturno, añoraba la cama como un bebé. 

Me queda un próximo junio lleno de viajes, se acerca un esperado cumpleaños, de unas de las personas que más quiero en este mundo, mi hermana. Quería darle muchísimos ánimos a una amiga muy grande, muy querida. Las cosas suceden por muchas razones, quizá es una manera de ponerte a prueba, sé que lo superarás con creces, pues eres fuerte, constante y muy inteligente. Eso sí, la salud tiene que superar la fortaleza del trabajo. Mucha suerte, nos vemos muy pronto.

Aprovecho para decir que he acabado el curso de inglés, deseando conocer gente con la que practicar el idioma, ya he dejado algún que otro anuncio y si por casualidad alguien lo lee, no dejéis de contactar conmigo, gracias.

“Un libro, como un viaje, se comienza con inquietud y se termina con melancolía”, como Leviatán de Paul Auster.


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