Antes de nada quería resaltar que
un amigo me pasó información sobre lo último que había acordado el Tribunal
Supremo sobre la cláusula suelo, por falta de transparencia se acuerda la
anulación de dicha cláusula, es decir, que la entidad debe facilitar información
sobre la misma. Eso sí, aunque el cliente no la entienda, el caso es
facilitarla. Sólo la anularán si
consideran que el cliente no tenía la suficiente información, no por ser una
cláusula abusiva. El cliente podría acudir a los Tribunales, no en el momento
de firmar su hipoteca, sino en el momento que comenzó a cobrarle el
sobreprecio, sobre el tipo de interés más diferencial pactado. A mí esto me
hace chirriar, debería ser en el momento que firmas, poder denunciar. La devolución
de las cantidades no se reembolsaría hasta la declaración de nulidad. De este
modo, el consumidor sigue sin poder negociar, va a pedir una hipoteca,
dejándose atar por la entidad, puesto que si se lee un contrato y la información
no se entiende, ¿qué quedaría por hacer para demostrar que no
han sido bien informados, grabarles? Eso no se puede hacer, ¿qué solución
queda? Se traduce en que si un cliente
es debidamente informado, no firmaría esa hipoteca, ¿no sería más fácil quitarlas
definitivamente? ¿Si no las consideran abusivas, significará que las seguirán
ofreciendo junto a sus préstamos hipotecarios? Los afectados tienen la puerta
abierta a interponer una demanda judicial para su anulación, para que deje de
aplicarse durante el resto de vida que quede de su hipoteca. Habrá que seguir
viendo en que queda.
Más cerca de volar
lejos, aunque aún no se va a hacer efectivo, debido a que no son unas buenas
tareas, no dejaré que mi empeño se desvanezca.
La sorpresa del fin de semana ha
sido volver a ver a viejos amigos de la facultad que hacía dos años que no
veía, aprovechando que una de ellas emprendía una aventura en Marruecos, le
deseo toda la suerte y que sea feliz allí donde esté ahora. No me esperaba la invitación,
siendo honesta, ni siquiera sé si yo lo hubiese hecho, cosa que agradezco, me
alegró ver a cada uno de ellos, me trajo buenos y malos recuerdos, no por
ellos, sí por un tiempo, aunque como todas las cosas, todo transcurre y todo
tiene una razón. A través de las historias que nos cuentan y de las que nos
hacemos partícipes, nos puede llevar a ayudar a otras y
también a recordar a personas que estaban ahí y dejaron de estar. En concreto
dos.
Me considero una persona con
buena memoria para lo bueno y para lo malo, siempre tiendo a una balanza. Las personas
no dejan de existir y muchas veces no pasa nada, simplemente te evades, dejas
que sucedan las cosas y tomas distancia. A mí me ha venido fenomenal y no me
arrepiento, si les volviese a ver, les recibiría con una sonrisa, pues me han
hecho pasar cosas divertidas y las que no lo han sido, se han dicho solas.
En concreto una de esas personas,
fue una historia muy bonita, no fue el momento indicado, se aplazó sin querer
hacerlo y nunca llegó a resolverse, pero me quedo con lo que me he llevado (una
estrella y un corazón, muchas cosas más, pero las dejo para otra ocasión).
Repetimos Microteatro, con dos
obras: “Azotes” y “Sopa”, ambas divertidas. La primera nos dice que un latigazo
duele menos que una verdad dicha sin tapujos. La segunda, metáfora sobre las
relaciones, la vida y el amor.
Cenita, como se suele decir nos
pusimos “gochas”. Si no probamos
cinco platos, no probamos ninguno, copichuelas y presentaciones, fue muy
divertido. Bus nocturno, añoraba la cama como un bebé.
Me queda un próximo junio lleno
de viajes, se acerca un esperado cumpleaños, de unas de las personas que más
quiero en este mundo, mi hermana. Quería darle muchísimos ánimos a una amiga
muy grande, muy querida. Las cosas suceden por muchas razones, quizá es una
manera de ponerte a prueba, sé que lo superarás con creces, pues eres fuerte,
constante y muy inteligente. Eso sí, la salud tiene que superar la fortaleza
del trabajo. Mucha suerte, nos vemos muy pronto.
Aprovecho para decir que he
acabado el curso de inglés, deseando conocer gente con la que practicar el idioma,
ya he dejado algún que otro anuncio y si por casualidad alguien lo lee, no
dejéis de contactar conmigo, gracias.
“Un libro, como un viaje, se comienza con inquietud y se termina con
melancolía”, como Leviatán de
Paul Auster.
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