Quien no conoce nada, no ama nada. Quien no puede hacer nada, no
comprende nada. Quien nada comprende, nada vale. Pero quien comprende también
ama, observa, ve…Cuanto mayor es el conocimiento inherente a una cosa, más
grande es el amor…Quien cree que todas las frutas maduran al mismo tiempo que
las fresas nada sabe acerca de las uvas.
PARACELSO
Pues sí, digamos que yo me
considero una uva y he necesitado mi tiempo, mi momento y que germinase esa
semilla o chispa que todo lo cambia, haciendo que lo veas de manera diferente. ¿Por
qué? Primero porque no se conoce a una persona con un ¿estudias o trabajas? Y
como dice Erich Fromm, el sexo o lo sexual no significa amor o al menos que
haya sentimientos hacia una persona, puede significar simplemente, placer,
dejarse llevar o intercambiar posturas y temas de conversación, ¿podría
transformarse en algo más? Por supuesto, pero eso no es lo que marca que
conozcas a alguien. Como bien decía mi amiga Céline, en Antes del amanecer, puedes estar durante toda una vida y no conocer
completamente a alguien o conocerle completamente y entonces, enamorarte de
ella o él. Por si hay dudas, el sexo es fundamental, pero no lo más importante. Se pasa a otro nivel, estado, como si estuviésemos meditando, pero no lo alienta el amor, aunque si lo magnifica y la confianza lo hace genial.
Recalco el verbo conocer porque
significa varias cosas: primero relajación, naturalidad, confianza,
comprensión, respeto, amistad, cariño y todos los que le siguen.
Reconocimiento, percepción, entendimiento y comunicación. Cuando conoces a alguien o empiezas a tratarle
en otros muchos aspectos, ya comienzas a colocarlo en un lugar en tu vida. Ocupa
un lugar.
La amistad es un pilar
fundamental, por lo tanto, el lugar ya estaba adquirido, aunque, decidí dar un
paso más allá y lo mejor de todo, es que lo he decidido yo (bueno tengo que
decir que los bailes de sevillanas y los disimulos de mis amigas, fueron
claves), he ido a por ello y ha salido bien. Cabía la posibilidad de que no
hubiese sido así, pero había que arriesgarse, porque no hubiera sucedido de
otra forma, aunque creo que la otra persona lo sospechaba, me tocaba a mí esa
labor, mejor. De algún modo, ha estado
ahí durante bastante tiempo, cosa que aprecio y que ha inclinado la balanza
hacia este lado. Siempre con anécdotas,
tiende a pasar conmigo en estas situaciones.
Si estas cosas nos las dicen
tiempo atrás, no nos las creeríamos, pero eso también es lo bonito. Fue una
gran cena rodeada de mis amigos y tenía que terminar así. Contenta, relajada y
viviendo el momento, lo más importante.
En el terreno laboral,
aprendiendo muchísimas cosas, acudo entusiasmada a mi lugar de trabajo, cosa que
creo que hay que valorar muy positivamente. La racha está empezando a ser buena, toca disfrutarla en gran cantidad con mi gente y gracias, porque tengo grandes camaradas. Todo requiere un esfuerzo, pero todo llega
cuando tiene que llegar, ni antes, ni después.
“Las mismas palabras pueden ser triviales o extraordinarias según la
forma en que se digan. Y esa forma depende de la profundidad de la región en el
ser de un hombre de donde procedan, sin que la voluntad pueda hacer nada. Y,
por un maravilloso acuerdo, alcanzan la misma región en quien las escucha. De tal
modo, el que escucha puede discernir, si tiene alguna capacidad de
discernimiento, cuál es el valor de las palabras.” (Simone Weil)
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