domingo, 1 de junio de 2014

Tanguy, historia de un niño de hoy



Tercera vez que rememoro esta dura, trágica y por otro lado, encantadora historia. Ese niño que recompuso sus recuerdos a base de encuentros, cartas, calumnias y por supuesto; la escritura, su vía de escape para poder sentirse libre y en paz consigo mismo. Hoy ha llegado el día de hacerles un homenaje al escritor y al niño que tuvo la mala suerte de ser el resultado de las malas decisiones de sus padres y que se granjeó su destino gracias a él mismo. Tal vez, al apoyo de algunas personas que encontró a su paso y que fue perdiendo según transcurrió el tiempo. Libro obligatorio en los liceos franceses y que tuvimos la suerte que nos mandaran leer con 15 años, por desgracia, no es muy conocido en España, ya no será así, al menos por mi parte.



Michel del Castillo, hijo de un rico terrateniente francés y de una noble española fiel al Frente Popular. Su padre abandonó a su esposa en 1935 tras creerse víctima de una infidelidad, regresó a Francia y se olvidó de su hijo. Su madre pasó años encarcelada mientras era visitada por su retoño y su madre, la cual, se ocupaba de Michel. En 1939, madre e hijo se marchan de España y piden ayuda a Michel (padre del hijo), les ayuda pero no vuelve con Cándida. 

Vivieron en Vichy durante unos años, hasta que Cándida decide marcharse a Clermont-Ferrand y el padre les denuncia, por lo que ingresarán en el campo de concentración de Rieucros. Todo este periodo es recreado por el escritor en la novela de “Tanguy, historia de un niño de hoy”. Una vez que logran salir de allí, la madre planea fugarse fuera, pero lo harán por separado para que no sospechen, en 1942 sus caminos se separan y el niño acabará internado en un campo de exterminio nazi hasta que acaba la guerra. 

Repatriado a España y al verse huérfano, sin ningún familiar cercano, dado que su abuela ha muerto, le integran en un centro educativo, el Asilo Durán de Barcelona. Un asilo para huérfanos republicanos, hasta 1949, que logra evadirse del final que podría haber obtenido en ese centro.  Le acogen en un colegio jesuita en Úbeda, centro SAFA, dónde recibirá no sólo una gran educación, sino además una buena alimentación, amigos, personas que le escuchen, cariño y le curarán de una enfermedad en los pulmones. Gracias, al hermano Mariano Prados logra que viaje a Canarias a conocer a su hermano Carlos. Inicia una serie de cartas pidiéndole reconocimiento y ayuda a su padre, al no recibir respuesta, iniciará un nuevo camino hacia Sitges para trabajar en una cementera.  Serán duros años de trabajo, de soledad, de búsqueda. Abandonará el trabajo y partirá al país de la libertad. En 1953, se reunirá con su padre que finalmente le volverá a abandonar.  Sus verdaderos padres serán sus tíos, ya que le acogerán y le darán todo lo que no le dieron sus padres biológicos.  A partir de 1955, estudia Ciencias Políticas y Psicología antes de meterse de lleno en la literatura. Se volverá a cruzar con esa persona que le ayudó a llegar al mundo, pero no a vivir en él, se verán truncados sus temores al comprobar que ni siquiera le buscó, desde aquel 1942 en el que Tanguy tenía nueve años.

En 1957, se licencia en Psicología y publica, “Tanguy”, alcanzando el éxito mundial con su primera novela. 

En el prólogo de Antonio Muñoz Molina de la novela de Tanguy nos dice, “dar la mano es vincularse físicamente a todas las manos que han tocado quien estrecha la nuestra, unirnos a la gran cadena de su vida”. Sin duda, Tanguy ha tocado muchas manos, desde el más puro cariño hasta el odio más atroz, pasando por el dolor, el hambre, pues él fue hambre desde los pies a la cabeza, manos de muertos, de amigos perdidos y de otros seres que lo rechazaron, por venganza o por capricho. Este gran escritor le hace un guiño a Michel del Castillo, pues compartieron la misma educación en ese colegio de Úbeda, ese triste tiempo en el que además de miseria, sangre y terror, también tenía cabida la educación gracias a personas tan generosas como el padre que lo regentaba y que es una luz en esta historia.

Narrado en tercera persona para mantener esa distancia del que está recordando y pretende mostrar esos recuerdos como si no fueran los suyos, debido a todas las desgracias a las que tuvo que sobrevivir, en las que pudo dejarse caer, pero que acabó luchando, pues como él dice, “sólo de dolor, no muere nadie”. Lo que ha sido capaz es de transmitir ese horror y aquellos que le hemos leído, a no ser que seas indiferente y de hierro, cuesta mucho desembarazarse sin repugnancia, rabia y un sentimiento de impotencia, añadida a una pregunta, ¿cuánto sufrimiento es capaz de soportar un niño? Seguida de: ¿Por qué? Herencia de la historia de unos países, de la historia de sus padres. No hay respuesta capaz de justificar los hechos.

Dentro de la propia narración de las guerras, de los culpables y de las víctimas se encuentran los cómplices, ésos que no les tiembla el pulso al enviar a miles de personas en trenes a una muerte segura en otro país. No hace falta nombrar naciones porque existe suficiente información, manuales, archivos, fotografías, documentales, literatura y películas, etc. Eso sí, ojalá fuera una simple historia y no hubiese sido real.

Tanguy sufre en todos los países el odio de todos, sin embargo, él no es capaz de odiar a nadie. Tan sólo hay un momento en el que se da cuenta que se ha convertido en un hombre viejo en un cuerpo de niño;  que ya no tiene nada que perder, cuando alce la voz ante la injusticia, la mentira de aquellos que con su disfraz creían tener más poder que nadie y más permisos. Tampoco, se ve mucha diferencia entre lo que vive en Auschwitz a lo que vive en Barcelona.

Su sueño era simple, vivir con su madre, que su padre les visite cada fin de semana, tener un perro y un amigo en la escuela. ¿Quién le quitó ese sueño? Su inocencia será lo que le dé fortaleza para seguir viviendo.

Ojalá tenga un buen lugar en nuestra literatura, no sólo porque muestra con detalle uno de los períodos más terribles de la historia, sino que además, éste niño no ha vivido sólo una vez en Francia o Alemania; sigue viviendo en muchos países en desarrollo. Una historia que no ha dejado de repetirse y que ya va siendo hora que acabe.

Esta noticia de 1987, en la que yo tenía dos años, ya nos decía que ojalá se le hiciera un hueco en España; pues bien, sus novelas si han sido traducidas, no sé si todas, pero al menos la mayoría. Después de trece años, tras leer en el Instituto, Tanguy, he conseguido las otras dos novelas que cierran la historia en librerías de segunda mano.  Alcaná e Iberlibro, me han hecho tener por fin, entre mis manos, “De padre francés” y “Calle de los Archivos”.


Os dejó esta entrevista interesante, me faltan muchos libros de su obra por leer, espero poder leerlos todos. No he hablado de su prosa, también de agradecer al traductor; parece que estés leyendo un poema, sobre todo en: “De padre francés” y “Calle de los Archivos”.



“De padre francés”, narra desde el encuentro en 1953 con su padre hasta la muerte de éste, por qué tomó esas decisiones, de dónde procedía, como sentía odio a todo aquél que no fuera burgués. Odio a Cándida a la que apodaba, “loca”. En sus últimos días se acuerda de su hijo, éste acude tal vez, por llenar el hueco de las respuestas, pero ajeno a esa vida y ese lazo de sangre. Nos habla del país y de su vida en él.



“Calle de los archivos”, la búsqueda de su madre, el por qué de su abandono, la historia de una mujer que vivió muchas vidas y quiso tabicar, para que aquellos a los que iba conociendo no supieran de su vida anterior. Engaños, calumnias, trató de ocultar la verdad, mintió a unos y a otros; se casó cuatro veces y fue dejando hijos a su paso. Unas veces, porque no pudo encargarse de ellos y otras veces, se los llevó por no sentirse sola. Aún así, ocupó mucho peso en el interior de los mismos. A su muerte, Xavier, se quedó con la falta de aliciente para escribir sus terribles fantasías. Aquí el niño se desdobla entre el abandonado y el escriba. Nos habla del país de su madre y su nacimiento.

“Pero, ¿qué valen los hechos si no se presta atención a su significado que es el único que los esclarece?”
“La guerra es la suspensión de toda moral”
“En una guerra no hay vencedores ni vencidos, sólo hay víctimas”
“Los acontecimientos, en sí, no significan nada. Para convertirse en memoria deben primero llenarse de sentido”
“Nadie puede odiar a su madre sin odiarse a sí mismo”
“En lo más hondo de su ser sentía lo que sienten todos los niños desheredados: la ausencia de ese algo que hubiese podido dejarles recuerdos felices”
“Qué duro debía ser vivir solamente con lo que uno sabe y recuerda y privado de lo que espera, Albert Camus”
“Lo que envejece a un ser son las despedidas; cuantas más despedidas ha vivido uno, más viejo se hace”
“Quisiera perdonar, quisiera besar, no quiero que sigamos sufriendo, Dostoievski”
“España-pensaba-es el desierto. El desierto es un infinito. Lo que asombra en España es ese extraño parentesco entre el hombre y el paisaje…España tenía que ser el país de los fanáticos, de los exaltados, de los místicos”

De padre francés:
“Hay niños que desde muy pequeños reflexionaron sobre lo que vieron en su familia, que desde muy pequeños se vieron agredidos por la fealdad moral de sus padres, Dostoievski”
“La noche es buena consejera”
“La infancia no posee una naturaleza fija. El dogma de su pureza vale lo que vale cualquier dogma. La infancia puede revelarse muchas veces perversa, abusada, corrompida”
“Las transformaciones que más nos afectan pasan la mayor parte del tiempo inadvertidas. Insidiosas, no hacen más que revelarse aún más decisivas”
“Aquellos que viven más son aquellos que han sentido menos”

“Calle de los Archivos”:
“Se vive en el recuerdo y por el recuerdo, y nuestra vida espiritual no es, en el fondo, sino el esfuerzo de nuestro recuerdo por perseverar, por hacerse esperanza, el esfuerzo de nuestro pasado por hacerse porvenir, Miguel de Unamuno”
“Como tantos niños perdidos, encontró refugio en los libros, no para enterarse de su vida, pero sí para que le enseñara su destino”
“Escribimos para consolar y encantar al niño que llevamos dentro”
“En nosotros nacen y mueren a cada instante oscuras conciencias, almas elementales, y este nacer y morir de ellas constituye nuestra vida. Y cuando mueren bruscamente, en choque, hacen nuestro dolor, Miguel de Unamuno”
“¿Conocerá la lengua lo que rechaza la conciencia? Para ellos, las palabras proceden de la experiencia. En mi caso, la lengua expresaba mi verdad. De ella provenía mi existencia.”
“En el fondo, la gente se aburre de tal manera que son agradecidos con quienes les hacen soñar”
“Cuando no se puede vivir la realidad se viven los sueños”
“Vivir no es huir, sino luchar”
“Si el abandono de tus hijos es algo que se puede comprender, lo cierto es que se trata de una actitud de la que uno no debe sentirse orgulloso. Es triste. Seguro que tienes alguna excusa, me la presentas y yo la acepto, pero no me pidas más”
“Un sueño que se cuenta ya no es un sueño”
“Sí, una fuga. La palabra es bonita, está cargada de ironía. Una palabra de la adolescencia, llena de inquietud y de rebeldía”



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