Pese a las reticencias
en que viera la película de “Julie and
Julia”, la he visto y me ha encantado, de hecho, la protagonista me ha
recordado mucho a mí. Joven que sigue los pasos de la gran cocinera Julia Child
y aunque son de distintas épocas tienen mucho en común. Julie tiene un trabajo
que no le gusta como teleoperadora, se reúne cada semana con unas “amigas” que
lo único que hacen es guardarle compasión, además de tener un comportamiento
superficial. Siente que no acaba todo lo que hace y no es feliz, pero cuando
llega a casa se relaja cocinando, algo para lo que sí está preparada. Con el
apoyo de su marido decide puesto que es escritora, aventurarse en un blog
siguiendo las recetas de Julia Child, al principio la pericia es dura, pues
cree que tan sólo su madre lee sus entradas, pero llega un momento en que no es
así.
Como a la protagonista a
mí me gustan ochocientas cosas, por suerte trato de acabarlas, pero es muy
difícil centrarse en una, cuando estás pensando en la siguiente, en la
siguiente de la siguiente y en por qué no hice aquello en lugar de esto. Me
encanta la psicología, la escritura, la edición, la maquetación, la
creatividad, la cocina, la lectura, el cine, el maquillaje, las tendencias, la
decoración, trabajar, ir fuera a aprender idiomas; todo está claro que no se
puede hacer. Este momento es como caminar por una vía recta a la que se llega a
una intersección con muchos caminos a escoger, la pregunta es: ¿cuál escogemos?
A veces ocurre que vienen
todos a la vez, que es una suerte poder elegir. No sé si podría ser sinónimo de
inconformismo. Recuerdo cuando tenía una sesión de Coaching, en las cuáles
tenías que elegir un objetivo e ir a por él, pues a mí me salían cinco. Así no
se puede, al mismo tiempo, es imposible, empiezo a pensar como me dijo una
amiga mía cuando hablábamos del Eneagrama y los 9 tipos de personalidad, que no
soy el que pensaba sino otro. Es decir, cuando realicé el test, me salía el
ayudador, pero cuando vuelvo a releer el resto de tipos, creo que soy el entusiasta,
por querer hacer tantas cosas y hacerlas a la vez.
Julie se pregunta a
veces si alguien lee lo que escribe, supongo que es inevitable que lo pensemos
todos, según mi pareja, el número de visitas no tiene nada que ver, puede ser
que por casualidad alguien cruce esta ventana, pero no se quede en ella. Me
encantan los ánimos que insuflan las personas más allegadas, no me va a detener
en mi empeño, me gusta escribir, esté bien o mal, lo seguiré haciendo. Supongo
que si nos basamos en el número de comentarios tengo que darle la razón.
Me quedo con el libro “El arte de la cocina francesa” de Julia
Child y que espero que algún alma caritativa complazca mi deseo de tenerlo
en mis manos y me ayude a elaborar suculentos platos, quizás el próximo verano.
La semana que viene
igual tengo que dejar una vía para incorporarme en otra o igual sigo por la
misma. Me he leído el código de circulación otra vez, he vuelto a conducir tras
dejarlo aparcado tres años atrás, la experiencia ha sido bonita, aunque mi
tensión no me ha permitido explotarla del todo. Si dejamos aparte la
confianza de quién te presta el coche y va a tu lado, supongo que es ley de
vida que personas más doctas que tú en el arte de conducir, te regañen o traten
de llenarte de sus conocimientos, al tener mayor experiencia en el asfalto. Todo
conocimiento bienvenido sea, pues como decía Sócrates “sólo sé que no sé nada”,
eso sí, se agradece el compañerismo.
Aprovecho para felicitar
a mi amiga Sonia, que ha conseguido una trabajo, está pendiente una celebración,
¡¡¡ muchas felicidades!!! Curiosamente el mismo día que nos vimos tuvimos una
entrevista que nos hizo comer juntas y es que aquél que mueve los hilos, no se
le escapa nada.
Os dejo con una frase de
Dolores Redondo, felicitar a todos los escritores de novela negra que en este
país y en otros, está en auge, recomiendo el artículo de 20 minutos.
“No hay que creer que existen, no hay que decir que no
existen”
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