Mi gran fin de semana empezó el
viernes, estaba de bajoncillo asi que decidí animarme con una comedia romántica
que vi hace mucho tiempo “El sueño de mi vida” de Jennifer Garner, la historia
es muy bonita, una niña de trece años que quiere tener treinta y triunfar en la
vida. Cuando se cumple su sueño se da cuenta de que ha dejado a personas muy
importantes por el camino, por el mero hecho de la ambición y la
superficialidad, aunque tiene la oportunidad y la suerte de rectificar. Os imagináis
tener la oportunidad de ir hacia delante, para no equivocaros o saber que váis
por el buen camino, eso es imposible, pero yo una vez tuve la oportunidad de
corregirlo y no me arrepiento. En este momento, no sé si me arrepentiré, si me
doy cuenta de que pudiera ser así, trataré de remendarlo, creo que de momento
estoy bien así.
La segunda parte fue el sábado,
quedé con mi hermana y una amiga suya para ir a ver una peli y tomarnos algo,
en los cines que tanto nos gusta. Los Renoir de Plaza de España, vimos “Weekend”,
no nos gustó especialmente, a mí personalmente se me hizo un poco lenta y creo
que sobraban imágenes, más o menos todos hemos frunjido (como dice David Guapo),
sabemos lo que ocurre antes, durante y después, pienso que no hace falta ser
tan explícito, ni tan gráfico, escenas de sexo, por supuesto, si así lo
requiere el guión, pero no nos pasemos, en otra clase de películas diríamos que
cuanto más mejor, ésta no creo que lo requiriera. Muchos diálogos me parecieron
buenos, otros faltos de palabras y sobre todo, me niego a pensar que para ser
liberal en ciertos aspectos, haga falta ponerse hasta arriba de cocaína y otras
drogas, en mi opinión y desde siempre, lo fundamental es la confianza. Tras el
cine, fuimos a la Creperie y de charleta, me encantó la tarde, me lo pasé genial
y con ellas, siempre repito. Gracias chicas, sois geniales.
Antes de continuar y por
alusiones, quería dedicarle esta entrada a todas las personas que alguna vez me
leen y a las dos bloggeras de “Capitán de tu destino”, Pilar y Lorenlay que no
sólo escriben desde el alma, sino que además nos enseñan muchas cosas
interesantes y sus corazones siempre están dispuestos a ofrecernos más. Un gran
abrazo, desde aquí.
Llega el preciado domingo, muy
familiar, acudimos padres y hermanos a ver a mi hermano, mi cuñada y por
supuesto, mi sobrino, que cada día está más guapo, más espabilado y a todos nos
saca sonrisas y nos hace felices. Mi hermano nos enseñó un vídeo muy enternecedor
desde su nacimiento hasta ahora, con todas las personas que participamos de ese
emotivo acontecimiento, gracias desde aquí, una vez más, me hiciste
emocionarme. Y me acordé de algo fundamental, de uno de los mejores momentos de
mi vida, su boda. Recuerdo el día que me dio la invitación y cómo no pude
contenerme, soy muy llorona. No sé si algún día me casaré, pero dudo que me
emocione tanto como ese día, desde que empezó la música “O son do ar”, no dejé
de derramar lágrimas.
Mi hermano y su novia (gran amiga también) se casaban,
ese día, mi gran hermana les dedicó preciosas palabras y su amigo también. A
pesar de que por aquella época, me llevé unos de los mayores mazazos de mi vida
(por cierto, Felicidades, pues ayer fue el cumpleaños del mazazo, te llevaste
lo mejor de mí, aunque estuve encantada de dártelo y hoy, más renovada, soy
mejor persona. A pesar de los pesares, te sigo teniendo una consideración).
Siempre que hablo de esta clase
de ceremonias, la saco a la palestra, fue preciosa y es un referente. Siempre tuve
claro que algún día quería que sucediese, en mi playita, rodeada de verde y de
todas las personas que quiero, las más importantes, mis días. Aunque esa idea
era para una persona, ahora diré que cambiaría el lugar y el personaje, la
esencia es la misma, un sitio rodeado de naturaleza, plena vida, me encantaría,
como “El paseo de los enamorados”, uno de mis lugares favoritos, en Galicia. Antiguamente, la cascada desbordaba.
Estoy
cansada de escuchar lo de “no creo en el matrimonio”, es cierto, no es
necesario casarse. No lo veo como una obligación, sino más bien como si
celebrase un cumpleaños, es decir, celebro que quiero a una persona y que esa
persona me quiere a mí, con las personas que aprecio y nos aprecian, nada más,
sencilla, no hace falta hacer negocio, ni que sea multitudinaria, respeto a
todos los que las hacen así, aunque no sea mi deseo. Muchas de las personas que
dicen o afirman, que no se van a casar, no paran de mirar vestidos de novia y
hablar de ellas. Evidentemente, muchos dicen que lo harían por los hijos, pues
además, yo lo haría porque quiero, porque además de celebrar los cumpleaños y
que España gane el mundial, quiero celebrar que el amor existe, entre todas las
personas que formaran parte de esa celebración, hale!, ya lo he dicho, buff!! Jamás
pensé que sería tan valiente.
Uno de mis regalos de boda fue un
vídeo con la canción, “When de stars go blue” con recuerdos y las personas que
configurarían parte de esa celebración, tanto en la boda como en la despedida
de soltera, qué bien lo pasamos. He vuelto a escucharla, repetidas veces y tampoco
he dejado de conmoverme.
Y además el domingo me enteré,
que le debo la vida a mi hermano, me salvó de ahogarme con un papel de
periódico cuando era un “mico”, gracias, te quiero, espero que leas pronto esto
que te escribo.
Finalicé ese día, yendo al cine
con mi amigo y compañero de pelis, pasamos un buen momento que espero que se
repitan durante mucho tiempo y gracias también a ti, porque además de
divertirme mucho, me encanta conocer a las personas y siempre he sido fan de la
buena comunicación.
"Lo que embellece al desierto es que en alguna parte esconde un
pozo de agua" ( Antoine de Saint-Exupery)
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