lunes, 25 de marzo de 2013

Emociones emotivas



Mi gran fin de semana empezó el viernes, estaba de bajoncillo asi que decidí animarme con una comedia romántica que vi hace mucho tiempo “El sueño de mi vida” de Jennifer Garner, la historia es muy bonita, una niña de trece años que quiere tener treinta y triunfar en la vida. Cuando se cumple su sueño se da cuenta de que ha dejado a personas muy importantes por el camino, por el mero hecho de la ambición y la superficialidad, aunque tiene la oportunidad y la suerte de rectificar. Os imagináis tener la oportunidad de ir hacia delante, para no equivocaros o saber que váis por el buen camino, eso es imposible, pero yo una vez tuve la oportunidad de corregirlo y no me arrepiento. En este momento, no sé si me arrepentiré, si me doy cuenta de que pudiera ser así, trataré de remendarlo, creo que de momento estoy bien así.

La segunda parte fue el sábado, quedé con mi hermana y una amiga suya para ir a ver una peli y tomarnos algo, en los cines que tanto nos gusta. Los Renoir de Plaza de España, vimos “Weekend”, no nos gustó especialmente, a mí personalmente se me hizo un poco lenta y creo que sobraban imágenes, más o menos todos hemos frunjido (como dice David Guapo), sabemos lo que ocurre antes, durante y después, pienso que no hace falta ser tan explícito, ni tan gráfico, escenas de sexo, por supuesto, si así lo requiere el guión, pero no nos pasemos, en otra clase de películas diríamos que cuanto más mejor, ésta no creo que lo requiriera. Muchos diálogos me parecieron buenos, otros faltos de palabras y sobre todo, me niego a pensar que para ser liberal en ciertos aspectos, haga falta ponerse hasta arriba de cocaína y otras drogas, en mi opinión y desde siempre, lo fundamental es la confianza. Tras el cine, fuimos a la Creperie y de charleta, me encantó la tarde, me lo pasé genial y con ellas, siempre repito. Gracias chicas, sois geniales.

Antes de continuar y por alusiones, quería dedicarle esta entrada a todas las personas que alguna vez me leen y a las dos bloggeras de “Capitán de tu destino”, Pilar y Lorenlay que no sólo escriben desde el alma, sino que además nos enseñan muchas cosas interesantes y sus corazones siempre están dispuestos a ofrecernos más. Un gran abrazo, desde aquí.

Llega el preciado domingo, muy familiar, acudimos padres y hermanos a ver a mi hermano, mi cuñada y por supuesto, mi sobrino, que cada día está más guapo, más espabilado y a todos nos saca sonrisas y nos hace felices. Mi hermano nos enseñó un vídeo muy enternecedor desde su nacimiento hasta ahora, con todas las personas que participamos de ese emotivo acontecimiento, gracias desde aquí, una vez más, me hiciste emocionarme. Y me acordé de algo fundamental, de uno de los mejores momentos de mi vida, su boda. Recuerdo el día que me dio la invitación y cómo no pude contenerme, soy muy llorona. No sé si algún día me casaré, pero dudo que me emocione tanto como ese día, desde que empezó la música “O son do ar”, no dejé de derramar lágrimas.


 Mi hermano y su novia (gran amiga también) se casaban, ese día, mi gran hermana les dedicó preciosas palabras y su amigo también. A pesar de que por aquella época, me llevé unos de los mayores mazazos de mi vida (por cierto, Felicidades, pues ayer fue el cumpleaños del mazazo, te llevaste lo mejor de mí, aunque estuve encantada de dártelo y hoy, más renovada, soy mejor persona. A pesar de los pesares, te sigo teniendo una consideración).

Siempre que hablo de esta clase de ceremonias, la saco a la palestra, fue preciosa y es un referente. Siempre tuve claro que algún día quería que sucediese, en mi playita, rodeada de verde y de todas las personas que quiero, las más importantes, mis días. Aunque esa idea era para una persona, ahora diré que cambiaría el lugar y el personaje, la esencia es la misma, un sitio rodeado de naturaleza, plena vida, me encantaría, como “El paseo de los enamorados”, uno de mis lugares favoritos, en Galicia. Antiguamente, la cascada desbordaba.


 Estoy cansada de escuchar lo de “no creo en el matrimonio”, es cierto, no es necesario casarse. No lo veo como una obligación, sino más bien como si celebrase un cumpleaños, es decir, celebro que quiero a una persona y que esa persona me quiere a mí, con las personas que aprecio y nos aprecian, nada más, sencilla, no hace falta hacer negocio, ni que sea multitudinaria, respeto a todos los que las hacen así, aunque no sea mi deseo. Muchas de las personas que dicen o afirman, que no se van a casar, no paran de mirar vestidos de novia y hablar de ellas. Evidentemente, muchos dicen que lo harían por los hijos, pues además, yo lo haría porque quiero, porque además de celebrar los cumpleaños y que España gane el mundial, quiero celebrar que el amor existe, entre todas las personas que formaran parte de esa celebración, hale!, ya lo he dicho, buff!! Jamás pensé que sería tan valiente.

Uno de mis regalos de boda fue un vídeo con la canción, “When de stars go blue” con recuerdos y las personas que configurarían parte de esa celebración, tanto en la boda como en la despedida de soltera, qué bien lo pasamos. He vuelto a escucharla, repetidas veces y tampoco he dejado de conmoverme. 

Y además el domingo me enteré, que le debo la vida a mi hermano, me salvó de ahogarme con un papel de periódico cuando era un “mico”, gracias, te quiero, espero que leas pronto esto que te escribo.
Finalicé ese día, yendo al cine con mi amigo y compañero de pelis, pasamos un buen momento que espero que se repitan durante mucho tiempo y gracias también a ti, porque además de divertirme mucho, me encanta conocer a las personas y siempre he sido fan de la buena comunicación. 

"Lo que embellece al desierto es que en alguna parte esconde un pozo de agua" ( Antoine de Saint-Exupery)


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