Me acabo de dar cuenta que me
encanta escribir, igual ha tenido algo que ver la película de “The Words”, como
su nombre indica nos habla de palabras, de cómo la verdad nos hace libres, de
cómo debemos vivir con nuestras elecciones y aunque cometamos un grave error,
no debemos quedarnos parados, sino asumirlo y seguir adelante. La película me
ha gustado mucho y sólo escuchar la voz de Jeremy Irons, merece la pena, eso
sí, la recomiendo en versión original, porque en español se llama “El ladrón de
palabras”, ya nos está contando más de lo que tenemos que saber, no quiero
pensar en cómo será el doblaje.
Ahora mismo, me costaría mucho
concebir la vida sin música, que siempre acompaña a la escritura e incluso en
la lectura, sobre todo en el metro, porque como empiece a escuchar una
conversación, me cuesta mucho concentrarme, sale la vena cotilla. Sin cine,
sería imposible, sin libros, no desarrollar la imaginación, creo que es sufrir
innecesariamente.
Además, me he dado cuenta que
añoro muchas cosas, como los besos mañaneros, que aunque interrumpan tu
placentero sueño, es una bonita manera de empezar el día, los abrazos antes de
ir a trabajar. Las cosquillas, mi cuerpo ahí no lo domina el cerebro, una vez
mi rodilla acabó en el cuello de
alguien, mi risa escandalosa. Tan a menudo sale a relucir en casa de mi hermana
o en familia, con mis amigas y amigos, casi siempre en los viajes. Aunque no es
bonita, a mí me gusta, es mi risa y si la cortara, ya no lo sería. Las risas en
el trabajo suelen ser chispeantes y relajan. Bailar hasta que nos duelan los
pies, hacer locuras, coger un día el coche y acabar en un pueblo perdido,
claro, siempre acompañada.
Hoy estoy especialmente contenta,
pues “La playa de las Catedrales” es la primera en el panorama nacional y la
sexta en el mundo, siempre está llena y la mayoría de las veces que he ido,
hacía mucho frío, a pesar del tiempo, sigue estando muy concurrida.
Esta tarde-noche, vamos a aprovechar la
Semana Santa madrileña, ayer estaba lleno. Las charlas con amigas los sábados,
son algo digno y muy grande, a ver que sucede…
Luego no sé si me tocará volver
tarde, si es así, debo decir que los momentos de noche en el metro cuando todos
vamos en silencio, sumidos en nuestros pensamientos, me gustan. Parece como si
nos pusiésemos de acuerdo, reflexionando sobre la jornada.
“Recuerda que estés donde estés siempre habrá algún corazón latiendo al
compás de tu sonrisa…”
Le dedico esta canción a mi amiga
y su chico, que sé que es su canción y es sábado, que mejor que recordar la buena
música española ochentera. Amiga, te echo mucho de menos, ella forma parte de esas risas y anécdotas.
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