sábado, 30 de marzo de 2013

Un sábado cualquiera



Me acabo de dar cuenta que me encanta escribir, igual ha tenido algo que ver la película de “The Words”, como su nombre indica nos habla de palabras, de cómo la verdad nos hace libres, de cómo debemos vivir con nuestras elecciones y aunque cometamos un grave error, no debemos quedarnos parados, sino asumirlo y seguir adelante. La película me ha gustado mucho y sólo escuchar la voz de Jeremy Irons, merece la pena, eso sí, la recomiendo en versión original, porque en español se llama “El ladrón de palabras”, ya nos está contando más de lo que tenemos que saber, no quiero pensar en cómo será el doblaje.
                                     
Ahora mismo, me costaría mucho concebir la vida sin música, que siempre acompaña a la escritura e incluso en la lectura, sobre todo en el metro, porque como empiece a escuchar una conversación, me cuesta mucho concentrarme, sale la vena cotilla. Sin cine, sería imposible, sin libros, no desarrollar la imaginación, creo que es sufrir innecesariamente.

Además, me he dado cuenta que añoro muchas cosas, como los besos mañaneros, que aunque interrumpan tu placentero sueño, es una bonita manera de empezar el día, los abrazos antes de ir a trabajar. Las cosquillas, mi cuerpo ahí no lo domina el cerebro, una vez mi rodilla acabó en el cuello de alguien, mi risa escandalosa. Tan a menudo sale a relucir en casa de mi hermana o en familia, con mis amigas y amigos, casi siempre en los viajes. Aunque no es bonita, a mí me gusta, es mi risa y si la cortara, ya no lo sería. Las risas en el trabajo suelen ser chispeantes y relajan. Bailar hasta que nos duelan los pies, hacer locuras, coger un día el coche y acabar en un pueblo perdido, claro, siempre acompañada.

Hoy estoy especialmente contenta, pues “La playa de las Catedrales” es la primera en el panorama nacional y la sexta en el mundo, siempre está llena y la mayoría de las veces que he ido, hacía mucho frío, a pesar del tiempo, sigue estando muy concurrida.  

 Esta tarde-noche, vamos a aprovechar la Semana Santa madrileña, ayer estaba lleno. Las charlas con amigas los sábados, son algo digno y muy grande, a ver que sucede…

Luego no sé si me tocará volver tarde, si es así, debo decir que los momentos de noche en el metro cuando todos vamos en silencio, sumidos en nuestros pensamientos, me gustan. Parece como si nos pusiésemos de acuerdo, reflexionando sobre la jornada.

“Recuerda que estés donde estés siempre habrá algún corazón latiendo al compás de tu sonrisa…”

Le dedico esta canción a mi amiga y su chico, que sé que es su canción y es sábado, que mejor que recordar la buena música española ochentera. Amiga, te echo mucho de menos, ella forma parte de esas risas y anécdotas.


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