domingo, 27 de enero de 2013

Exposiciones...









Dos semanas atrás, acudimos una amiga y yo a ver una exposición al Ateneo de Madrid, por fin iba a conocerlo, en él se dio lugar a numerosas tertulias por parte de los ateneístas como Cánovas del Castillo, Mesonero Romanos, Valle-Inclán, etc, durante el s. XIX y XX.

El título de la exposición lleva como nombre “Mujeres bajo sospecha. Memoria y sexualidad (1930-1980), desde el 11 de Enero hasta el 10 de Febrero. Si analizamos el título y el período histórico que abarca la exposición podemos intuir de qué nos quieren hablar. Abarcaría el s. XX, cinco años antes de que estallase la Guerra Civil Española y termina, cinco años después de la muerte de Franco. Las mujeres son las protagonistas de esta exposición y aunque en cierta medida nos habla de su sexualidad, yo añadiría su género, sus sueños y sus libertades. Su vida y su clandestinidad.

El discurso histórico de la exposición no es lineal sino temático, resaltando ciertos aspectos como la vida de las escritoras, su forma de existir, lo que significó cortarse el pelo, su desinhibición, su libertad, la vida en los colegios religiosos, sus ropas, la vida de las actrices, juegos sexuales, etc. En tan amplia variedad, nos muestran personajes conocidos y vidas anónimas. Cómo a pesar de tener que estar en alerta debido a la dictadura franquista y siendo consideradas pecadoras por el catolicismo, por la sociedad de entonces, encontraban lugares dónde poder expresar sus desconsuelos, sueños, reclamos, etc. Alguno de ellos era la escritura, la mayoría de veces bajo un seudónimo o con el nombre del marido.

Nos cuentan, cómo durante ese período de “silencio” público, tenían que encarnar un papel de decencia, decoro, castidad, siempre bajo la vigilancia de la Sección Femenina que además obedecían y tenían un código de conducta. Todo por una limpieza de degradación republicana. Alcanzaron sus aspiraciones soñadas como el acceso a la educación, trabajo, voto o divorcio. Nos mostrarán nombres tan conocidos como Victoria Kent, se posicionó en contra del sufragio femenino en la misma tónica que su partido, debido a que la mujer carecía de la suficiente preparación social y política por aquella época. Aunque en la misma línea que Concepción Arenal, apoyó la política de rehabilitación en las cárceles. Me han faltado nombres o al menos, no me ha parecido verlo en contraposición, como el de Clara Campoamor, que no sólo luchó por la igualdad de sexo a la hora del sufragio, sino que también por la igualdad jurídica de los hijos e hijas fuera y dentro del matrimonio, el divorcio, etc. Ambas son de esa época.

Muchas de estas mujeres, durante la dictadura fueron catalogadas de dudosa moral y castigadas ejemplarmente con la cárcel, violencia, exilio, etc.  Para ello, el fundamental papel de la publicidad, moda o espectáculo. Algunas disidentes sexuales crearon espacios de libertad, al finalizar la dictadura se crearían corrientes feministas y de libertad sexual, manifestadas a través de las voces de muchas mujeres.

Lo que me impresionó fue como a pesar de las circunstancias hubo muchas mujeres con el mérito de ganar en muchos deportes como la natación, escritoras como Carmen Laforet que ganó el premio Nadal con su libro “Nada”, cambiaron las modas, se cortaron el pelo que era signo de libertad, fumar, cambios que se acercaron a la modernidad. Y siendo así, se las tildaba de marimachos o tortilleras, término, éste último que aparece en la novela de “Maitreya” de Severo Sarduy, uno de los personajes lleva en su mano una tortilla fu-yong, una tortilla falsa donde no tiene huevos (en referencia a los genitales masculinos). Se refiere al fullón de fullería. Tortilla falsa donde no hay huevos de por medio.

Otra de las temáticas de la exposición y que a mí me recuerda a un libro que hablaba de esa época y que a mí, me encantó, “Mala gente que camina” de Benjamín Prado, nos habla de las nuevas técnicas y estudios psiquiátricos que hablan de la perversión moral (Vallejo Nájera). Y muchos de los experimentos que se hacían en la clínica de López Íbor, durante esa época, muchas de estas narraciones nos la cuenta el libro. Aparecen nuevas formas de sexualidad como en la novela de Zezé, historias particulares de la boda de Elisa y Marcela. Muchos de los juguetes que debían tener las niñas eran los muñecos, como mujer cuidadora que debería ser, nos traen un ejemplo de las muñecas que tenían las niñas privilegiadas, como la “Mariquita Pérez” y sus ropas, hechas en las cárceles de mujeres.

Para finalizar, como durante los años de la transición llega la mujer liberada y el destape en el cine, literatura, etc. Nace en Barcelona el primer bar de lesbianas, implicación de las mujeres en el movimiento obrero, somos todas nosotras herederas de esas mujeres.

Sin duda, recomiendo la exposición se hace muy corta, está muy bien documentada, con numerosos ejemplos en todos los formatos y siempre es bueno conocer e informarse.

“Porque todas las historias que cuentas, como todas las historias que escuchas, pasan a formar parte de ti, y tú pasas a formar parte de ellas”

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